Recibir una herencia implica no solo adquirir bienes, sino también asumir ciertas obligaciones fiscales, como el pago del impuesto de sucesiones. Una de las preguntas más habituales que se hacen los herederos es si este impuesto se puede deducir en la declaración de la renta o si supone una doble tributación.
En este artículo aclaramos si el impuesto de sucesiones desgrava en el IRPF, cómo se tributa una herencia, qué excepciones existen según cada comunidad autónoma y qué hacer para evitar pagar de más al recibir una herencia.
El impuesto de sucesiones es un tributo que grava la transmisión de bienes y derechos entre personas físicas cuando esta se produce por causa de fallecimiento. Es un impuesto cedido a las comunidades autónomas, lo que significa que la normativa y los beneficios fiscales pueden variar en función de dónde residía el fallecido.
Los bienes que forman parte de una herencia y están sujetos al impuesto incluyen:
Cada tipo de bien se valora siguiendo criterios específicos que establece la ley, y sobre su valor neto se aplica un tipo impositivo que varía según la comunidad autónoma y el grado de parentesco con el fallecido.
El impuesto de sucesiones debe liquidarse en un plazo de seis meses desde el fallecimiento, aunque es posible solicitar una prórroga de seis meses adicionales. La presentación se realiza ante la administración autonómica correspondiente, y puede hacerse telemáticamente o de forma presencial.
Es recomendable asesorarse bien para cumplir con los requisitos y aprovechar las posibles reducciones o bonificaciones disponibles. Una mala gestión puede suponer sanciones o perder beneficios fiscales importantes.
Esta es una de las cuestiones más comunes al recibir una herencia: ¿se puede deducir el impuesto de sucesiones en la declaración del IRPF del heredero? La respuesta general es no, no se puede desgravar en la renta. Pero hay matices.
El impuesto de sucesiones no se considera un gasto deducible en el IRPF. Las herencias tributan por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD), mientras que el IRPF grava rendimientos, ganancias patrimoniales u otros ingresos.
Sin embargo, cuando se hereda un bien que después se vende, sí puede influir el valor declarado en sucesiones. Por ejemplo:
Esto no es una deducción directa, pero actúa como una minoración indirecta del beneficio fiscal.
Al ser un impuesto autonómico, muchas comunidades ofrecen bonificaciones o reducciones que pueden disminuir o incluso eliminar el pago del impuesto. Algunas comunidades tienen bonificaciones del 99 % para herencias entre padres e hijos.
Además, existen circunstancias excepcionales donde parte de lo pagado puede impactar en la declaración, como ciertos seguros de vida con rendimientos sujetos a tributación en IRPF.
Para resolver situaciones complejas entre herederos, como la gestión sin acuerdo, puedes consultar esta guía sobre reparto de herencias sin consenso, muy útil si estás en una situación de conflicto.
Aunque el impuesto no desgrava directamente en la renta, sí puedes aplicar estrategias para reducir la carga fiscal total. La clave está en anticiparse y planificar con cuidado.
Consultar las bonificaciones autonómicas antes de aceptar la herencia puede suponer un gran ahorro. También es aconsejable considerar la posibilidad de renunciar a la herencia si los pasivos superan a los activos, o si la carga impositiva es excesiva.
En muchos casos, optar por aceptar la herencia a beneficio de inventario te protege de asumir deudas y permite separar tus bienes personales de los heredados.
Además, existen instrumentos como los seguros de vida con coberturas específicas que permiten a los beneficiarios contar con liquidez inmediata sin necesidad de esperar al reparto de la herencia. Algunos, como los incluidos en las coberturas de Aegon, están diseñados precisamente para cubrir gastos derivados de fallecimiento e impuestos asociados.
Cuando heredas bienes que generan rentas (por ejemplo, un inmueble alquilado), esos ingresos sí deben declararse en el IRPF como rendimientos del capital inmobiliario. También si percibes intereses o dividendos de valores heredados.
En estos casos, no olvides actualizar el valor del bien según el declarado en el impuesto de sucesiones y conservar los justificantes de pago del impuesto para cualquier inspección.
Y si estás gestionando una herencia con varios beneficiarios o necesitas tomar decisiones complejas, puedes contar con el respaldo de Aegon Contigo, un servicio de apoyo que combina asesoramiento financiero y humano para ayudarte en momentos delicados.
El impuesto de sucesiones no desgrava directamente en la renta, pero puede influir en el tratamiento fiscal posterior de los bienes heredados. Entender cómo interactúan ambos impuestos es clave para evitar pagar de más y optimizar tu situación fiscal.
Si has recibido una herencia o estás pensando en planificar la tuya, no solo es importante conocer la normativa, sino también proteger a tus beneficiarios. Para ello, contar con un buen seguro de vida y apoyo profesional puede marcar la diferencia entre una herencia bien gestionada y una carga inesperada.
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